Entre enero y los primeros días de marzo de 2025, al menos cinco accidentes de tránsito de gran magnitud dejaron un saldo fatal de 127 personas muertas y decenas de heridos; más de la mitad perdieron la vida solamente en los primeros cuatro días de Carnaval.
La seguidilla de siniestros, protagonizados principalmente por autobuses de transporte interdepartamental, fueron provocados por exceso de velocidad, la imprudencia, el consumo de alcohol y la precariedad de la señalización de las rutas, especialmente de Potosí, donde tuvieron lugar la mayoría de las tragedias.
De hecho, el 17 de febrero, un autobús cayó a un barranco en el distrito de Yocalla, en Potosí, dejando 28 muertos y 14 heridos. Solo un día después, el 18 de febrero, otro accidente de un bus interdepartamental en la carretera Oruro-Pisiga provocó 30 muertos más.
La tragedia continuó el 1 de marzo, cuando un brutal choque frontal entre dos autobuses en la ruta hacia Uyuni dejó 37 muertos y más de 30 heridos. Entre las víctimas se encontraban cinco ciudadanos peruanos y una turista alemana.
Las primeras investigaciones confirmaron que uno de los conductores estaba bajo influencia alcohólica, un factor recurrente en este tipo de accidentes. La Policía aseguró que el conductor quintuplicó los valores admitidos.
Finalmente, el 3 de marzo, un bus cayó a un barranco tras colisionar con una vagoneta en la carretera Oruro-Potosí, en Leñas, a 90 kilómetros de Potosí, cobrando la vida de 31 personas y dejando a 22 heridas.
La escena posterior al accidente reveló nuevamente las falencias estructurales de Potosí: la morgue colapsada, familias enteras fallecidas, cuerpos en el piso por falta de camillas y apenas un médico forense para atender la tragedia. Además, se constató que muchas de las víctimas no eran de Potosí, sino que provenían de Santa Cruz, La Paz y Oruro. Algunos aún llevaban en su equipaje la vestimenta de las fraternidades de la entrada de Carnaval en Oruro.
Grover Portillo (23), el joven conductor del motorizado dijo que viajaba a Challapata a visitar a sus padres. Viajaba con su esposa y un niño, quienes se recuperan en el hospital.
Carreteras peligrosas
“Si cumplieran sus competencias de controlar conductores, medios de transportes y carreteras, no habría tanto sufrimiento. Abandonaron la gestión, ya están en campaña. Existe una ausencia total de Estado”, cuestionó el constitucionalista José Luis Santistevan.
“Este lamentable suceso debe investigarse para establecer responsabilidades. A las familias dolientes les enviamos nuestras más sinceras condolencias, deseando que encuentren la fortaleza necesaria para enfrentar estos momentos difíciles”, declaró el presidente Luis Arce.
El expresidente Jorge Tuto Quiroga recordó la tragedia que vivió en 1999, cuando perdió a su hermano en un accidente de tránsito en la carretera que une Oruro y La Paz.
“Mi solidaridad para todos ellos. Sé cómo se sufre, entonces es difícil estar alegre en medio del Carnaval cuando uno ve tanta gente que ha perdido la vida en estos trágicos accidentes y cuánta gente que está herida y en los hospitales”, dijo Quiroga.
La gobernación de Potosí declaró cinco días de luto departamental por el saldo trágico de los siniestros. La asambleísta potosina, Azucena Fuertes relató que el impacto en la villa imperial fue dramático. “Las flores se acabaron en las florerías en medio del dolor”, afirmó.
Datos
En promedio, 24 personas murieron por semana en accidentes de tránsito en Bolivia durante estos 37 días. La tragedia evidenció no solo la imprudencia de los conductores, sino también la falta de controles efectivos por parte de las autoridades, según usuarios de autobuses.
Familiares de las víctimas, testigos y pasajeros sobrevivientes de los accidentes denunciaron que, en muchos casos los conductores exceden la velocidad permitida o manejan en estado de ebriedad. Algunos buses no cuentan con mantenimiento adecuado y las empresas presionan a sus choferes a cumplir itinerarios imposibles, lo que provoca fatiga extrema.
Cifras
Al cierre de 2024, la aseguradora estatal Univida reportó 20.942 siniestros en el país, un 20% más que en 2023. Santa Cruz encabezó la lista con 10.572 accidentes, seguido por La Paz y Cochabamba. Motocicletas, vagonetas y minibuses fueron los vehículos más involucrados, con un alto índice de siniestros asociados a la imprudencia y la falta de mantenimiento.
El Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana y Lucha Contra las Drogas (OBSCD) señala que el 66% de los accidentes se deben a fallas del conductor, como conducir ebrio o realizar maniobras temerarias. Además, el 73% de los siniestros involucran vehículos particulares, mientras que el 20% corresponde al transporte público.
En 2024, cuatro personas por día perdieron la vida en accidentes de tránsito en Bolivia, según datos de la Dirección Nacional de Tránsito. Ese año, se registraron más de 15.000 hechos de tránsito y 1.480 fallecidos, lo que muestra que, lejos de mejorar, la situación ha empeorado.
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