Mineros auríferos de la cooperativa «Hijos de Ingenio» y la población de Yani, en el departamento de La Paz, pidieron justicia por las víctimas de una explosión planificada que produjo una onda expansiva de un kilómetro y que cobró la vida de cinco personas, incluida una mujer embarazada de siete meses.
Según los mineros de la cooperativa Hijos de ingenio, los asociados de otra cooperativa minera llamada Señor de Mayo realizaron un ataque con armas de fuego a su sede por más de una hora en la madrugada del jueves y al final de la refriega, detonaron explosivos que destruyeron un edificio de cuatro plantas y toda su maquinaría utilizada para la búsqueda de oro.
“No fue un enfrentamiento, fue un atentado”, dijo Samuel Quispe, líder de los mineros de ‘Hijos de Ingenio’. Según Quispe, el conflicto se genera por la disputa de un yacimiento de oro que ambas cooperativas quieren explotar.
«Es la envidia, ya sufrimos cinco ataques de este tipo por los líderes de la cooperativa ‘Señor de Mayo’, la justicia no hace nada y archiva los casos», afirmó Quispe.
Por su parte, Brandon Acarapi, primo de Soledad Quito Acarapi, la mujer embarazada que murió en la explosión, exigió que se investigue el suceso y se dé con los culpables.
Acarapi dijo a Quinto Poder que intentó llegar a la sede de su cooperativa durante el supuesto ataque armado, pero que al acercarse en su vehículo los «del otro bando» le dispararon. Él se estuvo comunicando por mensajes de teléfono con Soledad hasta minutos antes de la explosión.
«Compañeros, están quemando autos. Ya están en el campamento. Nos tiene rodeados», fueron los últimos mensajes que Quito envió a Acarapi.
«Dos minutos después de ese último mensaje, hicieron la explosión», indicó Acarapi.
«Yo llegué corriendo como loco, dando vueltas, intentando encontrar a mi prima (…) pero ya está desmembrada por todos lados», recordó.
ne un profundo silencio.
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